Cine

“Invencibles” (“Act of Valor”, 2012)

Dir. Mike McCoy y Scott Waugh

Dentro de las unidades de Operaciones Especiales de la Marina de los Estados Unidos, los equipos Mar, Aire y Tierra (SEAL por sus siglas en inglés) son considerados la fuerza principal, debido a que son de las unidades militares más capacitadas del mundo. Sin embargo, a pesar de su reputación como unidad de élite, las guerras de Irak y Afganistán trajeron una necesidad de incrementar las filas de los SEALs, por lo que en el 2008 se comisionó la realización de un video de reclutamiento. Los ganadores del proyecto fueron Bandito Bros, casa productora de comerciales fundada por los ex-stuntmen Mike McCoy y Scott Waugh. El proyecto fue creciendo, y al ganarse la confianza de los SEALs con los que realizaban el video, McCoy y Waugh le dieron un giro al proyecto: sería un largometraje de ficción que sirviera de tributo a los SEALs. La Marina apoyó el proyecto y el resultado fue “Act of Valor”, filme que si bien puede decirse que cumple como video de reclutamiento, tiene severas fallas como cinta de ficción.

“Act of Valor” comienza con un atentado terrorista en una escuela primaria en Filipinas, donde pierde la vida el embajador Norteamericano (Marc Margulies) quien asistía a recoger a su hijo. El atentado es perpetrado por un terrorista Checheno llamado Abu Shabal (Jason Cottle). Mientras esto ocurre, dos agentes de la CIA, Walter (Nestor Serrano) y Morales (Roselyn Sánchez) trabajan en el caso del narcotraficante Mikhail “Christo” Troykovich (Alex Veadov). Los agentes son descubiertos y Walter termina asesinado y Morales es mantenida prisionera por Christo. Es aqui cuando los miembros del pelotón Bandito del equipo SEAL Siete son llamados. En su último día en casa, el Teniente Rorke le confiesa al Jefe Dave que su esposa está embarazada, Dave espera conseguirle unas vacaciones al término de la misión. Los SEALS entran en acción y rescatan a Morales en Costa Rica, pero en la misión descubrirán que Christo está relacionado con el terrorista Abu Shabal, quien planea un acto terrorista en suelo Norteamericano.

Tomando como base diversas historias de SEALs reales, “Act of Valor” (bautizada en México con el insufrible título de “Invencibles”) fue escrita por Kurt Johnstad (guionista de “300”), quien fue contratado para hilar estas historias en una sola trama donde se realcen los valores de los SEALs. El resultado es una historia que ciertamente resulta bastante familiar en el género de las películas de acción: un terrorista amenaza a la nación y un equipo especial es enviado a detenerlo, dentro del equipo hay dos mejores amigos, uno de los cuales está a punto de ser padre, por lo que espera volver a casa tras la misión. El resultado lógico es de esperarse, y es que para construir la trama de “Act of Valor” el guionista Kurt Johnstad pareciera haber hecho mano de cuanto cliché le fuera posible. De hecho, hasta los villanos agrupan en sus líneas a todos los típicos enemigos de América (terroristas musulmanes de origen Ruso con ligas al narcotráfico Mexicano), que forman un verdadero “eje del mal” al que los SEALs deben enfrentar.

En cierta forma, “Act of Valor” muestra mucho del trasfondo de las carreras de sus directores, Mike McCoy y Scott Waugh, ambos antiguos dobles de acción convertidos en directores de comerciales. Las escenas de acción son muchas y están realizadas con una gran calidad, con un estilo dinámico y lleno de energía. Aunque en realidad “Act of Valor” es una cinta de bajo presupuesto, McCoy y Waugh sacan todo el provecho posible al apoyo de la Marina por lo que hay un gran lucimiento de las tácticas y equipo de los SEALs. Y es que el punto clave de “Act of Valor” es que no es sólo una película de SEALs, sino que está actuada por SEALs verdaderos. Así, lo que se ve en pantalla son SEALs reales luchando como SEALs reales, con el mismo tipo de estrategias y movimientos que harían en la vida real. Este realismo es el punto fuerte de la cinta, y con el lente del cinefotógrafo Shane Hurbult, los directores McCoy y Waugh logran escenas de acción bastante bien logradas y llenas de un vibrante dinamismo que realmente transmite la adrenalina del combate.

Sin embargo, aunque los SEALs que participan en “Act of Valor” son excelentes actuando como soldados en las cuidadosamente realizadas escenas de acción, cuando la cinta les exige volverse actores y desarrollar sus personajes es cuando flaquean, pues su talento no es precisamente el adecuado para esa misión. Aunque es notorio el esfuerzo realizado por estos soldados, su nerviosismo y falta de tablas no puede esconderse, resultando en interpretaciones desangeladas que le restan gran fuerza a la cinta. Aunque no se puede culpar a los SEALs de esto, ya que en realidad los personajes de Johnstad están tan pobremente desarrollados que el volverlos interesantes supondría un reto para cualquier actor. Prueba de esto es que los demás personajes (estos sí actuados por profesionales) tampoco brindan muchas oportunidades a sus intérpretes, de entre los cuales sobresalen Roselýn Sánchez y Alex Veadov, quienes son los únicos que logran crear algo un poco más allá del cliché.

Y es que el cliché es lo que tristemente predomina en “Act of Valor”, donde parece que lo último en lo que se pensó fue en la historia. Esto es fatal para la película, pues la deja solamente como un manojo de escenas de acción conectadas por escenas donde no ocurre nada relevante o emocionante. Y la razón de esto es sencilla: los personajes son meras caricaturas. Aunque en “Act of Valor” queda claro que los SEALs tienen una vida de riesgo donde se enfrentan al enemigo cuerpo a cuerpo y entregan el alma por su país, Johnstad nos presenta ocho soldados que carecen de una personalidad definida lo que evita que haya una mayor identificación con ellos. Cierto, uno de ellos tiene cinco hijos, y el otro será padre por primera vez, pero fuera de eso no hay nada que los defina más allá de su patriotismo y dedicación a su trabajo. En cierta forma, lo que Johnstad hace es una falta de respeto para cualquier soldado de cualquier país, pues los deshumaniza y los vuelve nada más que una figura de acción.

A estas alturas estaría por demás mencionar que además de por su pobre guión, “Act of Valor” se caracteriza por un patriotismo excesivo al que no le importa mucho la realidad de otros países (la acción ocurre en todas partes, menos dentro de los Estados Unidos). Sin embargo, y aunque la ética de su mensaje propagandístico es bastante cuestionable (y éste no es para nada sutil), al menos en este aspecto se puede decir “Act of Valor” sí cumple con su misión. Lo realmente imperdonable de la cinta es que al pretender dar tributo a los soldados Norteamericanos, los presente como máquinas vacías y sin personalidad, que sólo sirven para trabajar y nada más. No sabemos que les gusta, que sienten, que piensan, sólo que son muy buenos disparando. Y por muy realista que sea el retrato, no es un retrato muy halagador.

J. Luis Rivera

 

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